Si hoy alguien me pregunta qué hace especial a Aromalink®, siempre respondo lo mismo: la magia de recordar. Porque nuestro sistema de Miniesponjas Olfativas no nació en una oficina elegante ni entre números de marketing. Nació en un filtro de seguridad del Aeropuerto de Gran Canaria, mientras yo trabajaba como vigilante.
Recuerdo perfectamente el día. Pasó por el control una chica Emo, con el pelo mitad blanco y mitad negro. Para mí, era como ver a la discípula de Cruella de Vil. Revisando su equipaje encontré un frasco de Chanel Nº5. Fue imposible no pensar en Marilyn Monroe, que una vez confesó en una entrevista de Hollywood que para dormir solo se echaba cinco gotitas de Chanel Nº5. Esa simple frase hizo que se quintuplicaran las ventas de ese perfume.
Ahí entendí algo poderoso: un perfume no es solo un aroma, es un recuerdo, una historia, una imagen.
Y me hice una pregunta:
Fue así como nació Aromalink®, nuestra marca registrada que une la teoría de la sinestesia —asociar color, olor y memoria— con una experiencia premium. Con nuestras Miniesponjas Olfativas, cada perfume se impregna en una esponja única, se asocia a un color, y se guarda como un pequeño tesoro que puedes volver a oler, tocar y recordar cuando quieras.
Y sé que funciona, porque la historia se repite. Una vez visité la perfumería Arkay y vi entrar a una chica preguntando:
— Hola, me pusieron un perfume en esta esponja, mis amigas se volvieron locas con el aroma, a mí también me encanta, y es que mi bolso huele de maravilla. Quiero ese perfume.
¿Sabes cuál era? El Bianco Latte de Giardini di Toscana. Ese día confirmé que mi intuición era correcta: la memoria olfativa necesita un ancla, un puente, un color, una textura.
Un puente entre lo que olemos, lo que vemos y lo que sentimos. Porque un perfume debe quedarse contigo, mucho después de salir de la tienda.
– Arturo Diaz CEO DE GRUPO PERFUMATE Y SEDUCE S.L
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